Estudios muestran que los lácteos enteros presentan más beneficios a nivel cardiovascular y de síndrome metabólico que los semi o desnatados
Generalmente, las guías alimentarias han recomendado la ingesta de lácteos “semidesnatados” o “desnatados” basándose en algunos efectos negativos sobre el LDL (colesterol malo) de algunas grasas saturadas de cadena larga.
De esta manera, al desnatarlos, infravaloramos los otros componentes grasos que eliminamos y sus propiedades nutricionales. Perdemos ácidos grasos saturados y trans saludables, mono y poliinsaturados, al igual que vitaminas liposolubles como la D y K.
Y sí, habéis leído bien, existen las grasas saturadas y trans saludables:
· Metaanálisis (Panth N, 2018): los ácidos grasos saturados de cadena media (C6:0, C8:0 y C10:0) presentes en los lácteos incrementan el HDL (colesterol bueno) y no alteran el LDL ni los triglicéridos sanguíneos totales, por lo que podrían suponer beneficios a nivel cardiovascular.
· Metaanálisis (Liang J, 2018): el ácido trans-palmitoleico (trans-16:1n-7) presente en los lácteos de animales rumiantes aumentan la sensibilidad a la insulina y reducen los triglicéridos sanguíneos y la respuesta inflamatoria crónica, por lo que supone un beneficio directo contra cualquier enfermedad inflamatoria, incluyendo el síndrome metabólico (obesidad, ECV, diabetes, hipertensión y dislipemia).
Además, en varios estudios se ha confirmado que la relación entre la ingesta y el síndrome metabólico varía más en función del tipo de alimento, y no tanto por su cantidad de grasa. También se ha asociado el consumo de lácteos enteros con una mayor saciedad e inferior ingesta de carbohidratos.
- La vitamina K, presente en los lácteos enteros que han experimentado un proceso de fermentación como el queso, yogur o kéfir, también muestra beneficios a nivel cardiovascular. A niveles elevados podría reducir la calcificación arterial y mejorar la resistencia a la insulina (Mozaffarian D, 2018).
Habría que tomar precauciones con los individuos que se mediquen con anticoagulantes (Sintrom o Warfarina), ya que son antagonistas de la vitamina K y podrían darse complicaciones tromboembólicas.
Podríamos concluir que la grasa de los lácteos no es perjudicial como se ha dado a entender durante años y que se tendrían que revalorar las recomendaciones sobre su porcentaje graso por parte de los profesionales y en función de cada paciente.
Es importante valorar los alimentos, en este caso los lácteos, como una matriz de sustancias y saber que sus beneficios no se dan por un solo nutriente, sino por todo su conjunto.
Desde ENDOCS te animamos si “puedes” y te gustan los lácteos, los consumas de cualquier manera. Sí que es aconsejable que, si tu objetivo es la pérdida de grasa corporal, limites el consumo de lácteos MUY grasos para poder conseguir de manera más fácil tu objetivo. En el caso de que te cueste mucho, podríamos hacer reducciones calóricas en otros aspectos. Las Dietistas-Nutricionistas de ENDOCS buscamos alternativas para que puedas continuar/iniciar tu pauta alimentaria lo mejor posible.
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Jefe de Servicio @doctorasesmilo Especialista en endocrinología de la gestación/reproducción Coordinadora de la Unidad de hipófisis Coordinadora de la Unidad de tiroides
Dietista-Nutricionista Educadora en Diabetes Coach nutricional Especialista en Nutrición Deportiva Especialista en intolerancias y alérgias alimentarias Coordinación unidad de obesidad
Dietista-Nutricionista Educadora en diabetes Coordinadora de la unidad de Diabetes Especialista en tecnologías en diabetes, diabetes tipo 1 y diabetes pediátrica Responsable unidad de nutrición clínica