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SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en intestino delgado)

SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en intestino delgado)

La evidencia no es concluyente hasta el momento, pero parece ser que el tratamiento antibiótico, una dieta baja en azucares fermentables y el uso de probióticos puede mantener a raya esta enfermedad

¿Qué es el SIBO?

SIBO son las siglas en inglés para “small intestine bacterial overgrowth” que significa sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.

Este síndrome se describe por la anómala y excesiva presencia de bacterias en el intestino delgado que normalmente se encuentran en el intestino grueso; y se asocia a síntomas tales como: dispepsia, flatulencia, náuseas, hinchazón y dolor abdominal, fatiga, diarrea y estreñimiento.

En términos cuantitativos, clásicamente se ha definido por la presencia de >103 (variando en función de autores) UFC (unidades formadoras de colonias) en el intestino delgado proximal.

En pacientes sanos, el intestino delgado proximal contiene cantidades relativamente pequeñas de bacterias debido a la acción del ácido gástrico, la válvula ileocecal, la acción de las enzimas pancreáticas y la motilidad del intestino delgado.

 

Factores de riesgo

Se han identificado varios factores de riesgo para SIBO:

  • Anormalidades anatómicas como diverticulosis del intestino delgado
  • Cambio estructurales post-quirúrgicos como la resección de la válvula ileocecal, bypass gástrico o Y-de-Roux
  • Fármacos que disminuyen la motilidad intestinal: narcóticos, anticolinérgicos, antidiarreicos
  • Hipo o aclorhidria (falta o ausencia de ácido gástrico) por cirugía, gastritis autoinmune o bien, por antiácidos inhibidores de la bomba de protones
  • Alteración de la motilidad del intestino delgado (sea cual sea la causa: celiaquía, enfermedad intestinal inflamatoria, enteritis por radiación, adherencias del intestino delgado, diabetes, esclerodermia y amiloidosis)

 

Consecuencias asociadas a SIBO

SIBO ha sido asociado a las siguientes condiciones: SII (síndrome de intestino irritable)*, rosácea, encefalopatía hepática, obesidad, gastroparesia, síndrome de Parkinson, fibromialgia, pancreatitis crónica, enfermedad renal terminal y enfermedad inflamatoria intestinal.

Consecuencias nutricionales de SIBO:

  • Malabsorción de grasas con consecuente esteatorrea y pérdida de vitaminas liposolubles
  • Leve hipoproteinemia (proteínas en sangre), es poco frecuente que conlleve a una desnutrición severa si no hay otra enfermedad intestinal
  • Déficit de cobalamina (vitamina B12)
  • Niveles normales o ligeramente elevados de vitamina K y vitamina B9 (folato) por su producción por parte de las bacterias

Estas consecuencias deberán ser descartadas y/o tratadas por su médico.

*SIBO ha sido propuesto como una causa del síndrome del intestino irritable, esta hipótesis aún carece de evidencia, no obstante, tampoco se descarta y continúa investigándose.

 

¿Cómo se diagnostica?

Aún con las altas prevalencias de SIBO y su importancia, existe una falta de consenso del mejor método diagnóstico. Los métodos diagnósticos más usados se basan en la medición de hidrógeno producido del metabolismo hidrocarbonado (10g de lactulosa o 75g de glucosa) de las bacterias luminales en la respiración exhalada.

Las células humanas no son capaces de producir hidrógeno o metano, así pues, su presencia significará un metabolismo de los carbohidratos en el intestino, una absorción de estos gases y una posterior exhalación por los pulmones.

La producción de gases dependerá entre individuos en función del número y tipo de bacterias.

A pesar de la controversia, estudios recientes muestran una buena sensibilidad para el diagnóstico con el test de hidrogeno expirado cuando hay elevaciones de ≥20ppm después de 90 minutos respecto al inicio. 

Varios estudios confirman que usar la sintomatología clínica no es útil para diagnosticar el síndrome, pues estos, no son específicos para SIBO.

 

Tratamiento de SIBO

El tratamiento de SIBO tiene 3 pilares básicos: 1) conseguir la remisión, 2) mantener la remisión, 3) tratar o modificar la causa directa/indirecta de SIBO.

  1. Tratamiento antibiótico: aún existe falta de evidencia, pero se recomiendan antibióticos de amplio espectro durante 2 semanas (amoxicilina, rifaximina, ciprofloxacina, etc.). Para pacientes con alergias a los a­­ntibióticos o que no responden correctamente a las dosis óptimas de estos, los médicos pueden aconsejar una dieta elemental (fórmulas nutricionales donde los nutrientes están digeridos) de manera temporal para conseguir la remisión de SIBO. Falta evidencia de la eficacia, la dosificación y seguridad de las hierbas medicinales con propiedades antibióticas como el aceite de menta.
  2. Después de la remisión, SIBO puede reaparecer. Se sugieren algunas opciones para mantener la remisión: medicamentos promotores de la motilidad intestinal (puesto que la motilidad es un determinante del flujo y la estasis del intestino); dieta baja en FODMAP: hasta la fecha, no hay ningún estudio que compruebe los efectos de este tipo de dieta en SIBO, no obstante, las intolerancias a sacáridos son frecuentes SIBO, y teóricamente, una dieta baja en alimentos fermentables disminuye la probabilidad de sobrecrecimiento bacteriano por un ambiente menos favorable para ello.

Por tanto, a nivel dietético, parece ser la opción más razonable para mantener la remisión de SIBO conseguida con la dieta.

  1. SIBO suele ser una enfermedad secundaria a otra, y mientras no se elimine la causa, la reaparición de SIBO tiene una alta probabilidad. No obstante, muchas veces es imposible eliminar la causa primaria. Aquí, entran en juego los probióticos, prebióticos y/o simbióticos con el objetivo de sustituir la microbiota “mala” por la “buena”. Un estudio reciente muestra que la suplementación con probióticos puede reducir el sobrecrecimiento bacteriano, reducir las concentraciones de hidrógeno y aliviar el dolor abdominal.

 

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Jefe de Servicio @doctorasesmilo Especialista en endocrinología de la gestación/reproducción Coordinadora de la Unidad de hipófisis Coordinadora de la Unidad de tiroides


Nutricionista y educadora en diabetes


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